– Era sólo cuestión de tiempo: ya es posible controlar un avión no tripulado pensando al respecto.
La tecnología de interfaz cerebro-computadora, también conocida como BCI por sus siglas en inglés, estuvo orientada desde un primer momento a fines medicinales, pero ahora unos ingenieros universitarios pretenden hacerla llegar a campos como el del entretenimiento, al de las personas con discapacidades físicas, e incluso al ámbito militar.
¿De película no? Pues esto es posible gracias a una nueva interfaz cerebro-computadora bautizada como BCI. Esta tecnología fue creada originalmente para fines medicinales pero los ingenieros han visto que puede también utilizarse para pasar un buen rato.
La idea sobre la que trabajan los científicos es la posibilidad de dar órdenes con la mente a un dron y que éste la cumpla. Por ejemplo, sería de gran ayuda para las personas con algún tipo de discapacidad.
Para conseguirlo, los pilotos usaron auriculares con encefalogramas para analizar las pulsaciones del cerebro y convertirlas en órdenes para el dron. Es decir, se registra la actividad neuronal del usuario cuando piensa en empujar algo, esa actividad se une a la palanca ‘hacia adelante’ del dron y a partir de ese momento, cada vez que el piloto piensa en mover algo hacia delante, el dron avanza.
La Universidad de Florida espera seguir investigando en el BCI de forma que se puedan llegar a configurar aplicaciones más útiles en la vida real.
Las carreras de drones van tomando protagonismo poco a poco, pero si hasta ahora se había hecho con los habituales mandos para controlar el vuelo, ahora la mente toma el protagonismo. Al menos es lo que ha pasado en la Universidad de Florida donde se ha celebrado la primera carrera de drones controlada por el cerebro.
Texto: Mila Molina Torro
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