En una ciudad, se forma una circulación atmosférica local. Se puede observar la denominada brisa urbana y la elevada densidad de edificios modifica la velocidad y la dirección del viento.
En una ciudad la circulación atmosférica se controla por factores naturales y antropogénicos, por ejemplo, temperatura del aire, relieve de la superficie, presencia de diversas barreras (colinas, bosques, edificios altos). El área urbana se calienta mucho más rápido durante el día que las zonas no urbanas. Por lo tanto, aparece una diferencia de presión atmosférica, con una zona de presión más baja sobre la ciudad y presión más alta sobre las zonas no urbanas colindantes. Esta diferencia genera un movimiento del viento hacia el interior de la ciudad. Éstos son vientos locales, de distinto origen y de mucha menor escala espacial que los que los vientos provocados por la circulación atmosférica y las diferencias de presión sobre un continente. Cuando no hay viento (debido a la circulación atmosférica) sobre un área determinada, es cuando mejor se desarrolla la brisa urbana. En primer lugar, el aire caliente que hay sobre la ciudad aumenta y llega a los alrededores como la denominada anti-brisa. Después se enfría, se hace más pesada y desciende volviendo a la ciudad como brisa urbana.
Cuando el viento llega a la ciudad cambia su dirección, sigue el túnel creado por las calles con edificios altos en ambos lados, o evita las barreras que consisten en edificios situados perpendicularmente a la dirección original del viento. Las principales carreteras que llegan a la ciudad también se comportan como pasillos por los que el viento entra por la tarde en la ciudad. En las calles anchas, el viento simplemente sigue el curso de la calle. Sin embargo, en las calles estrechas la velocidad del viento aumenta de forma significativa en las esquinas. Además, el viento genera remolinos locales en las plazas y en los cruces de calles donde se juntan varias corrientes de aire.
En el centro de una ciudad, la velocidad del viento es menor que en los alrededores y por ello el viento tiene una dirección hacia fuera de la ciudad. La velocidad del viento está estrictamente relacionado con las características de la superficie, es decir, densidad y altura de las barreras que causan la reducción de la velocidad del viento (edificios, árboles, etc.). En el centro de la ciudad, la velocidad del viento se reduce un 20% en comparación con los alrededores, y se ven frecuentemente vientos más débiles (<3m/s) que fuera de la ciudad.
Cuando el viento sopla perpendicularmente a los edificios situados en hilera, el lado que se encuentra a barlovento (en contra del viento) está expuesto a fuertes ráfagas, mientras que el lado que está a sotavento (en la misma dirección del viento) se denomina sombra aerodinámica.
Autor: Mateusz Kaminski